Numerosos elaboradores artesanales trabajan sin estar registrados ni fiscalizados por organismos oficiales. Esta ordenanza reconoce el valor de sus productos y busca integrarlos al sistema formal mediante condiciones mínimas de salubridad, trazabilidad y rotulación. Se incluyen productos de panificación, confituras, encurtidos, miel, frutas, licores, entre otros. La norma permite la elaboración en cocinas familiares, bajo control bromatológico, fomentando el empleo y la economía circular del departamento.

Crear en el ámbito municipal el Registro de Pequeñas Unidades de Elaboración, estableciendo condiciones técnicas, sanitarias y de comercialización para habilitar a los productores y garantizar productos seguros.